Si fueses un hombre atractivo, musculoso, de dientes blancos como la nieve y mirada profunda, pero más tonto que un pies mirando hacia atrás; y estuvieses enamorado de una hermosa dama que amase la poesía más que cualquier otra cosa. Lo más probable es que al intentar acercarte a ella recitando torpe y trabucadamente a Shakespeare, ella pensaría lo estúpido que eras.
Igualmente si fueras un tipo feo, poco agraciado, flaco, dientes amarillos, ojos saltones, pero inteligente y simpático, sería estúpido a acercarse a la mujer amada luciendo palmito, intentando sacar músculos de donde no hay, seguramente pensaría que eras patético.
A esto le llamo yo la teoría de Quasimodo, que viene a decir que debemos intentar gustar a los demás por lo que somos, aprovechar las cualidades que tenemos, y no por lo que no somos o no tenemos.
Si eres guapo intenta usar tu belleza, y si eres listo, usa tu cabeza. Lo que eres es lo importante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario