Y es que la bravuconada de Depardieu diciendo que Rusia le había dado la nacionalidad le ha salido bien, y Putin, que es uno de esos políticos con ansías de cariño público se ha lanzado de brazos abiertos a recogerlo y nacionalizarlo.
Y es que cuando a alguien amenazan con tocarle la cartera no se acuerda de su patria o idioma. Más aún si, como es el caso, tiene un ego tan grande como la nariz o la panza en este caso.
Por cierto, Gerard, salud en ruso se dice: Na zdorovje. Lo digo porque sé que te gusta el buen vivir.
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