martes, 5 de febrero de 2013

30: Mañana no habrá cartas

Seguro que si os pregunto a alguno de vosotros (los que tengáis cierta edad) si guardáis alguna carta, me responderéis que sí. Y es que las cartas tenían cierto encanto, no sé si era por el papel que se podía acariciar con las manos, o porque en el trazo de las letras se podía vislumbrar el ánimo de la persona según las escribía.

De vez en cuando, salen a subasta o en libros las relaciones que personajes ilustres y famosos mantuvieron con sus amigos. Así les podemos conocer íntimamente.

Hoy en día ya prácticamente nadie envía cartas, somos víctimas de emails (en su mayoría comerciales) y de SMS o whatsapp, y esos raramente se guardan años y años como las cartas. Con un soporte virtual que no se puede tocar, arrugar, apretar contra el pecho, y con letras tipo máquina que no reflejan nada de si lo escribieron a prisa, o con amor...

Así qué algún día ya no habrá nada detrás de nosotros que cuente áquello por lo que reímos o lloramos, que refleje nuestras pasiones o miedos.

Vivimos en un mundo rápido, y tenemos que pagar las consecuencias de ello.

 

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